Come Para Vivir y No Vivas Para Comer
- Vanessa Zambito
- 9 ago 2016
- 3 Min. de lectura
Esta semana recibí un mensaje por Snapchat de una seguidora, y me llevó a escribir ahí mismo este post. Me dijo unas palabras muy lindas y me pidió algunos consejos para una buena alimentación y cómo llevar una vida más saludable. Entonces, pensé que meses atrás escribí mi horrible experiencia con la obsesión de estar comiendo bastante para sentir placer. Hoy he mejorado muchísimo y me hago frecuentemente dos preguntas que me han llevado a tomar mejores decisiones en cuanto a mi alimentación: ¿realmente tengo hambre o quiero comer porque no tengo algo más que hacer?
Durante estos meses, me di cuenta que realmente ese "placer" que me daba el comer tanto duraba segundos en mi mente y se convertían después en horas de arrepentimiento.
¿Cómo cambié mi alimentación por completo?
Las primeras semanas fueron muy difíciles. Debía quitar los dulces de mi alimentación y dejarlos me costaba, pues eran más fuertes que el odio ¡aún así, lo logré!
La organización y preparación de la comida es fundamental en un plan alimenticio. Elige un día y prepara lo que vas a comer durante toda la semana y así te ahorras tiempo diariamente.
Evita comprar "pecaditos" que te sabotearán durante el camino de tu transformación para una vida más saludable. Si en casa tienes muchos alimentos ricos y que aporten a tu salud, creeme que esos son los que vas a comer.
Toma muchísima agua. Es fundamental mantenernos hidratados. Muchas veces no tenemos realmente hambre, sino que nuestro cuerpo nos pide agua porque hemos pasado muchas horas sin hidratarnos.
Come lo más natural posible. Todos esos productos que dicen "light" o "fat free", al final no te benefician. Opta siempre por una porción de fruta, tomando en cuenta que las cantidades son muy importantes aunque estemos comiendo sano. Todo en exceso es malo.
En el momento en que sientas que la ansiedad puede ganarte, ¡sal a caminar! Esto despeja tu mente por completo. También puedes llamar a una amiga y hablar por horas, leer un buen libro y prepararte un té caliente para calmar el estómago y volver a la tranquilidad.
La ansiedad ataca en momentos de estrés en nuestra vida; como cuando queremos que todo esté perfecto, tenemos mucho trabajo encima o algo no salió como lo planeábamos. En esos momentos busca una actividad que te llene de paz y tranquilidad.
La vida se trata de comer para vivir y no de vivir para comer. Esa frase, una vez que la escuché no ha salido más de mi cabeza. Quería compartirla con ustedes para que tengan un poco más de conciencia a la hora de elegir realmente qué y cuánto van a comer.
Otro punto importantísimo no es el peso, lo que importa es cómo estás por dentro, ¿te sientes sano? Si la respuesta es no, ahí está el problema. Muchas veces nos preocupamos por el peso y creanme que solo es un número que refleja la balanza.
Tu composición corporal sí es importante saberla, ya que te guiará al momento de elegir tu comida, pues te hace saber cómo está tu cuerpo con respecto a grasas buenas, malas, músculos. Es el resultado de cómo se transforma en tu cuerpo todo lo que comes.
Sentirse bien con uno mismo es lo mejor del mundo. Si no te sientes así en en este momento ¡anímate! ¡párate y empieza a cambiar desde ahorita! No importa el momento. Es vital sentirte bien y transmitir confianza y seguridad. Cambia tus hábitos a través de estos pequeños consejos que seguramente pueden ayudarte.
Me encantaría seguir escribiéndoles, por eso me gustaría saber cuáles temas, específicamente, quisieran que yo toque y así ayudarlos a través de lo que escribo. Me fascina cuando ustedes me envían esos mensajitos con tanto cariño pidiéndome consejos o algunos tips.
Para terminar, si alguno de ustedes ha vivido una experiencia así con la alimentación, déjenmelo saber en los comentarios y de esta forma comenzamos a conocernos más.
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